Antonio F. Marín: Alice

11 de diciembre de 2016

Alice

Existen mujeres, señoras y palurdas que con tal de darse pisto son capaces de tenerte engañado. Suelen seres esas niñatas de "rompe y rasga" que eclipsan a las sencillas; a la verdaderas mujeres que no necesitan adornos de pavo real porque son así,y se muestran tal y como son.

Yo he conocido  las dos versiones y por fin he comprendido que es preferible  la chica sencilla y honesta, la mujer extraordinaria que no necesita demostrarlo todo el dí á porque sencillamente lo es, Esa mujer extraordinaria   que te dice la verdad, frente esa la otra que te engaña con promesas de tómbola mientras se pavonea para añadirte  al ábaco de sus conquistas. Me refiero esas "tías buenas2 que todos hemos conocido y que al final de sus vidas se quedan solas porque nadie es tan guapo y perfecto como para tener la honra de estar a su lado. Es una pena, pero todas terminan igual. O van de divorcio en divorcio, de cama en cama  o se quedan solas en  su mediocridad porque generalmente la belleza no va acompañada de la inteligencia. 

Pero los hombres somos bobos y antes que admirar la inteligencia,  la sinceridad,  la extraordinaria cualidad de una mujer normal,  nos prendamos  de un culo sin importarnos que hay detrás de él. Y así podemos estar año tras año. Somos  gilipollas. Yo el primero, que conste,  que he andado algunos años detrás de un culo que sólo tiene culo. No hay más. Entre otras razones porque no he podido ver que oculta en el lado oscuro de la luna o en el lado oscuro de su  culo.  

Mobusi