Antonio F. Marín: Damiana

10 de diciembre de 2017

Damiana

Tengo que cortarme el pelo. Una vez al mes, más o menos. He leído que crece un centímetro cada no sé cuánto. ¿Y el de la cabeza?, pregunto quisquilloso. Pero Pachocho no suele responderme. O cuando lo hace yo ya esto a varios km de distancia. Pero convendría saberlo. El saber no ocupa lugar, eso dicen y quizás por eso soslayo los tejemanejes de Cataluña y me he puesto con la lectura de Tribada (Miguel Espinosa), pues la editorial Alfaqueque de mi estimado Fernando Fernández Villa, ha editado muy acertadamente sus cartas de amor a Mercedes Rodríguez, el amor de su vida.

Es un asunto delicado porque las cartas de amor (yo las he escrito y algunas incluso publicadas en el blog), son susurros muy íntimos que él se atrevió a confesar. Yo soy más rubicundo y me da vergüenza que se publiquen cuando son, sobre todo, de desamor tal y como nos ocurría a los dos, aunque por motivos diferentes. Que conste que no tengo la osadía de compararme con Espinosa, jamás, pero hete ahí que en el amor todos somos parecidos pues es un sentimiento cursi por su propiedad mesmedad. “Son más de 400 cartas, notas, postales o telegramas que Espinosa escribe a su musa Mercedes Rodríguez ” –leemos en Internet- “Las cartas fueron entregadas al hijo de Espinosa por la propia Mercedes cumpliendo, así, la voluntad del autor para que fueran examinadas, y se valorara su publicación. 35 años después del fallecimiento de Miguel Espinosa ven la luz en esta edición muy cuidada y revisada por su propio hijo, Juan». Afortunadamente y gracias a Alfaqueque.

+
Esta sería la síntesis de la obra pero su editor ha aclarado mi curiosidad perversa y malsana, porque cuando leí Tribada me imaginaba que la relación entre ellos era autobiográfica. Y Fernando, el editor al que felicito, me lo ha confirmado. Tenía yo razón. Entre los dos existía una relación lésbica (entre los tres) que queda reflejada de una manera más obvia en Tribada, aunque no todas las cartas de amor tratan este asunto. ¿Y a cuento de qué viene esta apología? No lo sé, pero quizás se deba al hecho de que aparte de la calidad del autor, genial, toca un tema que he vivido y narrado posteriormente en Entretiempo (2007).

No sé de dónde procede esa querencia de algunos escritores por ser perversos mirones/lesbi pero ahí está, aunque en realidad él lo sufriera y el que suscribe lo gozara. Y mucho. Muchísimo. Demasiado.

El libro es muy recomendable y un tremendo acierto por parte de Fernando Fernández porque nos saca de la nefasta realidad de que mañana será el mismo día y conviene dejar de cultivar la resignación laica volteriana de trabajar y no pensar, mientras te rebozas con un pizca de fútbol, un puñado de trabajo, un buchito de tranquilizantes y una tacita de eutanasia. Y FIN de la cadena de producción animal, con esquela mortuoria que nos hace por fin humanos. Uno prefiere el amor y leer lo que le escribe Miguel a Damiana. Y lo que ella le contesta.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi