Antonio F. Marín: Dónde vas, triste de ti

5 de febrero de 2005

Dónde vas, triste de ti

Te despiertas, te levantas, te duchas, te la cascas… No. Rebobinemos. Te despiertas, te la cascas… No. Rebobinemos. Te despiertas, te la cascas, te duermes, te despiertas, te la cascas, te duchas y adviertes, oh cielos, que te has pasado la vida luchando para salir de las faldas de tu madre, de las faldas de la maestra, de las faldas de la profesora o de las faldas de la novia. Que ido cumpliendo años luchando por salir de los dictados de las ideologías, las confesiones, las peñas, las costumbres sociales o los arrendamientos urbanos. Que has envejecido bregando por deshacerte de las discriminaciones, las coacciones y las injusticias para conseguir que nadie te las impongan, sin mucho éxito o palmarés reconocido, a lo que se ve, porque años después, al fin, no tienes más remedio que rendirte y admitir que un modisto maricón francés te diga qué pantalón tienes que ponerte. Chachi piruli, que dicen los niños.

Mobusi