Antonio F. Marín: Cutrevisión

5 de abril de 2005

Cutrevisión

Después de ver en la plaza de San Pedro en Roma a esos fieles que acuden a allí para rezar o llorar por la muerte del Papa, me ha venido de pronto a las mientes el recuerdo de esos mediocres que se suelen mofar de los sentimientos de los demás, sobre todo si son religiosos, y que a mí me ponen malito por la misma razón por la que no soportaba al señorito de antaño cuando se reía del tonto del pueblo, del indefenso, antes de mandarlo a comprar tabaco. Muy macho. Muy hombre frente al débil, frente al que no protesta, como ese seboso cerdito llamado Carlos Latre que suele actuar de bufón en la corte de Sardá y sus Crónicas Marcianas y que hace poco nos ofreció una parodia de la pasión de Cristo en la que un tipo crucificado protestaba porque al estar clavado no se podía hacer unas pajillas. ¿Inteligente verdad? A mí el humor del seboso de Carlos Latre me recuerda a aquél que se podía oír en esas cintas que vendían en los bares de carretera muy al gusto de los camioneros en camiseta de tirantes. En esos expositores cutres que daban vueltas y que lo mismo te vendían una cinta de El Mejorano o de Emilio el Moro, que de los chistes del “inimitable” Pepitillo Canalejas. Humor inteligente, en fin. Pero ahora creo que
el muchacho se va superar y tras la “Pasión de Latre” en la que ha parodiado la vida de Jesucristo (ya se sabe que sólo los hombres con verdadero talento se atreven a parangonarse con los geniales Monty Python) va a grabar su próximo programa para parodiar “La hégira de Mahoma”. Con un par. Valiente que es el tipo, sí, señor. Es mi héroe. Y mientras nos llega su próximo trabajo pasemos a la publicidad porque he visto un anuncio de Cocacola en el que un niñato llega ante el tipo que ha rechazado a su madre para un trabajo y le dice que su mamá es muy buena, que quiere mucho a sus hijos, que los ha sacado adelante sanos y muy guapos (sin que le salgan callos), y que les ha dado una excelente educación porque ellos han salido muy buenos hijos que nunca se tiran pedos en público, le llevan flores a su profesora y le regalan siempre a su mamá un broche de brillantes y purpurina por el Día de la Madre. Qué asco de niño, de madre, de anuncio y de Cocacola.

Mobusi