Antonio F. Marín: Ir de putas

9 de junio de 2005

Ir de putas

Me ha escrito una chica reprochándome que el premio del concurso de blogs de 20 Minutos me la vaya a gastar en putas (hipótesis), porque dice que es poco edificante. Ha dicho exactamente “edificante”, que esta chica se parece mucho a mi madre en el empleo de estas palabras tan correctas. Bueno, yo es que había pensado en un principio fletar un autobús e irnos todos a Disneyworld, pero me supongo que a lo mejor no podíamos venir todos, mientras que ir de putas goza de más amplio consenso. También podría haber dicho “irnos de putos” por aquello de que las chicas también gocen, pero en el genérico de “putas” entran putas y putos. De todas formas yo no tengo mucha experiencia en “ir de putas” porque sólo he ido tres veces en mi vida. La primera iba borracho y me quedé dormido. La segunda iba borracho y no se me empinó. La tercera iba borracho y tropecé en la habitación, me di con el canto de la cama y me hice una grieta en la frente. Salí del piso de las putas en camilla y en ambulancia que eso si que es poco “edificante”, porque estaba en la calle de La Merced de Murcia, cerca de la Universidad y frente a la librería de Diego Marín, y todos los jóvenes salieron del local a fisgar cómo me sacaban en camilla del edificio. Y me miraban extrañados, supongo que porque eran las once de la mañana y ya estaba borracho. Y encima los vecinos del edificio tampoco ayudaban, porque se asomaron a los balcones y me decían que era un sinvergüenza que encima de que iba de putas por las mañanas, me sacaban del piso en ambulancia. Pues no se lo digan a mi madre, les rogaba yo encarecidamente, que esto
si que es poco edificante. Es que era un piso de esos que en los anuncios llaman “céntrico” (entre la Universidad y Santo Domingo, por más señas) y en el que las chicas se paseaban ante ti en ropa íntima (como la de la foto) para que pudieras valorarlas. Y yo las valoraba y mucho, porque como las veía dobles gozaba más, aunque me lo callaba no fuera a ocurrir que la madam quisiera cobrarme recargo. Y la cuarta vez que fui de putas, decía, también iba borracho, y con casco, pero ya no me dejaron entrar. O sea, que experiencia con putas más bien poca. Y además poco “edificante”.

Mobusi