“buenos” titulares. Pero me parece muy bien que el obispo no haya ido a la manifestación, yo tampoco fui, aunque eso, señor obispo, de que las únicas manifestaciones a las que va son las de Semana Santa lo retrata a usted como un obispo de cirio, saeta y romería festivalera con mucho botafumeiro y cuchipanda. Virgen y relicario, manola, cirio y chocolate con churros tras la procesión que mañana sacamos al Cristo del Rescate previo aperitivo con cervezas, gambas y cigalas para que el cuerpo aguante el trono entre el “fervor popular”, que dicen en algunos periódicos. Es decir, la religión de cuchufleta, charanga, trompeta y comparsa. El empastre de relicarios y saetas repujados en oro con capuz, flores, incienso, manola y peineta declarado de “interés turístico” como las fallas. Sólo les falta el bombero torero con capuz a hombros de la duquesa de Alba, pero todo se andará, señor obispo, porque precisamente usted representa todo lo que no es el catolicismo: la religión de opereta, hisopo y cuchufleta. Deje el palacio episcopal en el que habita, métase en su habitación y rece, según recomendaba Jesucristo, ¿se acuerda?, aquel pobre diablo al que crucificaron por luchar contra esas manifestaciones hipócritas de peana, trono y peineta a las que usted si que acude.
19 de junio de 2005
Religión de opereta
“buenos” titulares. Pero me parece muy bien que el obispo no haya ido a la manifestación, yo tampoco fui, aunque eso, señor obispo, de que las únicas manifestaciones a las que va son las de Semana Santa lo retrata a usted como un obispo de cirio, saeta y romería festivalera con mucho botafumeiro y cuchipanda. Virgen y relicario, manola, cirio y chocolate con churros tras la procesión que mañana sacamos al Cristo del Rescate previo aperitivo con cervezas, gambas y cigalas para que el cuerpo aguante el trono entre el “fervor popular”, que dicen en algunos periódicos. Es decir, la religión de cuchufleta, charanga, trompeta y comparsa. El empastre de relicarios y saetas repujados en oro con capuz, flores, incienso, manola y peineta declarado de “interés turístico” como las fallas. Sólo les falta el bombero torero con capuz a hombros de la duquesa de Alba, pero todo se andará, señor obispo, porque precisamente usted representa todo lo que no es el catolicismo: la religión de opereta, hisopo y cuchufleta. Deje el palacio episcopal en el que habita, métase en su habitación y rece, según recomendaba Jesucristo, ¿se acuerda?, aquel pobre diablo al que crucificaron por luchar contra esas manifestaciones hipócritas de peana, trono y peineta a las que usted si que acude.