Antonio F. Marín: Armas y hambre

29 de julio de 2005

Armas y hambre


En Níger las madres están alimentando a sus hijos con hojas de los árboles mientras el ganado se muere de inanición, debido a la sequía, las plagas de langostas y la miseria endémica de esta zona de África donde tres millones de personas se encuentran en grave riesgo de hambruna. No es que no tengan para comprarse un televisor, que es en lo que Europa se considera que es pobreza, sino que no tienen para comer una comida normal y se alimentan con hojas de los árboles. Como las jirafas. Según un informe de la ONU la hambruna en este pequeño país se acababa con el dinero que se gasta en el mundo en armas en sólo 20 minutos. Y en cosméticos en una hora, añadiría yo. Aunque la solución no pase, como le he leído a algunos listos con mucha insistencia, porque la Iglesia venda
sus bienes y obras de arte para que se pueda enviar ese dinero a los países pobres, porque como decía un comunista italiano mirando la Capilla Sixtina, si la vendemos la compra un millonario que lo hace desaparecer del publico, los pobres se comen ese dinero en unos días, siguen teniendo hambre y todos los demás nos quedamos sin las obras de Miguel Ángel. Es como echarle una limosna a un pobre en la puerta de la iglesia: sólo mantienes la pobreza, no la corriges ni palias. No, no se trata de vender los bienes de la iglesia, sino de que se apruebe la Tasa Tobin o se imponga un impuesto a la venta de armas, por ejemplo, que gestione un organismo internacional y que ese dinero vaya a estos países pobres. Esa venta de armas a la que precisamente Zapatero se ha referido para que se le puedan vender a China. Aunque se le ha olvidad pedir que se pague el impuesto correspondiente por esa transacción. Pero es comprensible. Estaría preocupado aliando civilizaciones por el procedimiento de venderles armas. Un despiste lo tiene cualquiera.

Mobusi