Antonio F. Marín: Boda con arroz y alubias

2 de agosto de 2005

Boda con arroz y alubias

Vacaciones. Ahora que la gente está de vacaciones y los políticos (del Gobierno) no te dan motivos para criticarlos debería cerrar este chiringuito y centrarme en el libro que tengo atrasado ya algunos años. O escribir de lo poco que hay, de los restos de temporada, como que los contagiados con el pollo de la salmonelosis son ya 300. O que se ha muerto el rey Fahd de Arabia Saudí que a mí me tiene conmocionado y en un sinvivir. O que Lauren Bacall ha arremetido contra Tom Cruise. O que un juez canario va a presentar recurso de inconstitucionalidad por lo del matrimonio homosexual; una cuestión que a mí me parece muy bien porque me han jodido mucho con su aprobación. Es que antes, si las amigas de tu madre te veían cuarentón y soltero, tu madre podía decir aquello de que eres "rarito", que venía a significar subliminalmente que eras de la otra acera. Y te dejaban en paz. Pero ahora no, porque si ella dice que no te casas porque eres "rarito", sus amigas dirán que ahora también se casan los homosexuales y que no hay justificación que valga, porque ellas con tal de estrenar traje y acudir al
convite les da igual con quién te matrimonies. Así que no tienes excusas, no te escapas. Estos tíos no tienen remedio y a mí me han jodido bien jodido. El otro día paseaba yo por el barrio antiguo de Cieza, mi pueblo, camino del Paseo Ribereño, y me encontré con una pareja chico/chica que se casaba en el Ayuntamiento. Y me paré porque soy un pelín sádico y me excita ver cómo los demás se casan. La parejita se veía muy feliz y dichosa en la puerta del Ayuntamiento, debajo del balcón principal y del cartel de "Agua para todos". Y sonreían, se besaban y saludaban como si les hubiera tocado la lotería. Y cuando el fotógrafo los llamaba ponían esa cara de estúpidos que ponen todos los novios en las fotos de bodas, que yo no sé todavía de donde las sacan. Se conoce que venden caretas de boda con cara de estúpidos para casarse, porque si pasas por los escaparates de los fotógrafos ves que tienen todos la misma cara de lelos. Una sonrisa de caramelo a juego con el apergaminado traje de novio/a que parece que está sacado de un cartel que anuncia un salón de banquetes de esos de carretera, con fuente de colores incluida. Porque esa es otra: no hay foto de boda sin fuente con chorritos de colorines. ¿Cómo se las apañan? ¿Va el fotógrafo con la fuente de colores a cuestas y la planta en el convite?...Vaya usted a saber, pero en aquélla boda, decía, alguien se acercó a ellos y les dio dos palomas para que las soltaran y los muy vuelagasas las soltaron entre el regocijo de los presentes que aplaudían y vitoreaban a la pareja. Aunque no todos, porque había un gordo a mi lado que al ver volar las palomas se pasó le lengua por los labios y las miró con cara de arroz y alubias. O de cocido, que no estoy muy seguro, aunque creo que era de arroz y alubias, porque el tipo vio volar el arroz, las palomas y ató cabos y cazuelas. Cuando se divorcien echaran a volar buitres, me dijo el tipo consternado, se conoce que porque los buitres no entran normalmente en el menú. Sí, y va a ser pronto, le contesté yo porque uno tiene un sexto sentido y sabe cuánto tiempo van a durar casados los novios. Nunca me equivoco. Al salir de la iglesia, en el momento de las felicitaciones, voy y les digo a los novios cuánto tiempo van a durar casados y siempre acierto. Aunque ahora que lo pienso quizás es por eso por lo que no tengo amigos. Y no me lo explico porque no les cobro por la videncia. Desagradecidos.

Mobusi