Antonio F. Marín: Beacul

10 de septiembre de 2005

Beacul

“Madame Augusta nunca da miedo por mucho tiempo. Da simplemente su dirección y al día siguiente alguien llama a la puerta y le confiesa desear un buen castigo. Me siento conquistada, excitada al punto de mantener el sexo conmovido pese al sufrimiento y a causa de él. Madame Augusta ha contado lentamente hasta quinientos; después, sin tardanza, tras liberar su pecho, me instala a horcajadas en su regazo, deseosa sin duda de aprovechar el calor que ha provocado y me invita a “mamarla”. Una vez más mi entrega es completa. Un cuarto de hora así y yo también me inundo abundantemente”.
Beacul - S. G.Clo’zen (Colección La sonrisa vertical)

Mobusi