Antonio F. Marín: Prefijos telefónicos

15 de septiembre de 2005

Prefijos telefónicos

Esta tarde iba paseando por las calles de Cieza, mi pueblo, y de pronto me ha parado un tipo para preguntarme un prefijo telefónico. A mí no es normal que la gente me pare por la calle. Y menos para preguntarme por un prefijo telefónico. Generalmente me suelen parar para preguntarme cuando voy a pagar esto o lo otro, o cuando voy a devolver esto o aquello, o cuando pienso devolverle el rosario a su madre (en el caso de las mujeres), pero nunca para pedirme un prefijo telefónico. Yo comprendo que la gente de ciudad, por ejemplo, esté acostumbradas a estas circunstancias, pero a mí no me suele ocurrir. ¿Qué prefijo quieres saber?, le he dicho yo al muchacho por si podía ayudar. El de Cuba. Pues fíjate que el de Cuba no lo sé, pero sí que me sé los
de Nairobi, Filipinas y Guadalumpur, y la verdad es que hay que tener mala sombra para preguntar por el prefijo de Cuba, cuando yo me sé los de estos países y no el de la isla. Son ganas de fastidiar para que no pueda lucirme y me malicio que lo haces a mala leche, como los profesores de mi desdichada infancia que siempre me preguntaban las lecciones que no me había estudiado, para joder, porque eran muy crueles y perversos. ¿Te estás quedando “whitz mi”?, me ha respondió el tipo. Pues no, no me estoy quedando “whitz ti”, porque es verdad que me sé estos prefijos desde que era pequeño, cuando descubrí que las niñas de la Plaza de España se quedaban impresionadas cuando te acercabas y les decías: Me sé los prefijos de Nairobi, Filipinas y Guadalampur, porque ellas abrían la boca admiradas y patidifusas pues debían de considerar, con sumo acierto, que un tipo que sabe esas cosas es un tipo que está preparado para la vida moderna y todo eso. Y ligaba una barbaridad. Ahora ya no ligo porque cuando les digo a las mujeres que me sé los prefijos de Nairobi, Filipinas y Guadalumpur ellas me replican que sus novios también se los saben, porque con esto de Internet todo el mundo anda enterado y ya no puedes lucirte. Un asco.

Mobusi