11 de octubre de 2005
El Valle de Ricote
He leído en el portal de Ciezanet que la Fundación Valle de Ricote ha solicitado a la UNESCO la declaración del Valle de Ricote como Patrimonio de la Humanidad. Y me he sumado a la petición de la fundación porque este valle es una joya de la naturaleza, un rincón de esos que conviene conservar pues es un vergel entre montañas atravesado por el río Segura en el que despuntan las palmeras, las norias, los frutales y las casitas blancas. Un belén natural al que sólo le faltan los pastorcitos. Y como es natural, parece que algunos quieren convertirlo en su residencia cargándose su belleza natural. No les basta con disponer de páramos llanos en los que construir sus horteras chalecitos adosados o sus
cursis casas de campo con columnas y leones en la puerta de entrada. Quieren mancillar todo lo que llama su atención para dejar su huella, su horterada con columnas, cenador y jardincito principal. Para fusilarlos, con perdón. Hay espacio suficiente para edificar nuevas viviendas en lugares que no son parques naturales porque una cuestión es el progreso, la calidad de vida y otra la estupidez y la falta de sensibilidad. O el egoísmo avaricioso de querer disfrutar un parque natural sólo para ti poniendo en él tus pezuñas y tus tabiques. Son como el patán que escribe “Iglesia fascista” en un templo del siglo XVII. Porque además este valle fue el último reducto de los moriscos en la península ibérica y antes anduvo poblado por íberos y romanos. Cieza, mi pueblo, está en la puerta de entrada del valle, aunque no forma parte de él, pero de la información que ofrece Paco Hortelano en Cie@net se deduce que mi pueblo también sería incluido en el proyecto. Hace ya algún tiempo que no paso por allí, pero me lo he recorrido en moto de día y de noche (con una Vespino) camino de Archena donde tuve novia en la adolescencia y me conozco la carretera que lo atraviesa curva a curva (incluida la cerrada del Salto de la Novia (si todavía perdura), pues salía de Cieza, pasaba por Abarán, Blanca, cruce de Ricote, Ojos, Villanueva y llegaba a Archena después de recorrer unos 20 kilómetros. A los que me leéis en Cieza (gracias Pedro Luís Almela) no os digo nada porque ya sabéis de lo que hablo, pero para los que leéis desde América, Holanda o Viena (gracias Gonzalo Portas) os dejo una foto para que admiréis un paisaje en el que el tópico de “oasis” se queda corto si tenéis en cuenta que todo lo que hay alrededor del valle es secano, secarral sin agua porque por esta zona sólo hay vida donde corre el agua. Lo que veis es la maravilla que provoca el agua al atravesar esta tierra seca.