Antonio F. Marín: Por aquí

30 de octubre de 2005

Por aquí

El presidente del Consell de l´Audiovisual de Catalunya (CAC), Josep Maria Carbonell, ha asegurado que el organismo regulador catalán está estudiando si los contenidos de la Cadena COPE incumplen el artículo 20 de la Constitución. Genial. Vuelve la vigilancia. El control. La pureza. El “estudio de contenidos”. Vuelve el fascismo, el “organismo regulador”, porque se conoce que la libertad necesita ser “regulada”. No han dicho nada de estudiar los contenidos filoterroristas de Gara y Avui, esos no, y me parece bien porque ellos también tienen derecho a la libertad de expresión, como la COPE, y si delinquen ahí están los tribunales de justicia para pararle los pies. A todos, sin excepciones. Pero nadie que no sea un juez tiene el “don divino” de determinar, regular, decidir y decretar qué es bueno y qué es malo para la libertad.

Porque primero deberían estudiarse ellos a sí mismos para ver si pasan la prueba de la rana democrática, cosa que dudo, porque eso de “estudiar contenidos” ya lo decían cuando diario El Mundo investigaba el GAL y la corrupción y ahora siguen “estudiando contenidos” porque para ellos alguien que denuncia que el Rey esta desnudo es un crispador que cava zanjas e incendia la convivencia pacífica. Vuelve el fascismo puro y duro, porque además resulta que

el Congreso está debatiendo, a instancia de IU, el Estatuto del Periodista que prevé la creación de un Consejo Estatal de Información, un Código Deontológico, el carné de periodista y los Comités de Redacción en los medios. Vuelve el soviet totalitario a las redacciones, el carné franquista, los comisarios políticos al trabajo, los tribunales de honor franquistas y sólo falta la letra escarlata para marcar a los no adeptos a la secta, al partido, al sindicato y al municipio que vigilará el “juez de proximidad” elegido por el sicario del partido de turno.

Cuba será un paraíso comparado con esto porque si el Consejo de Información decide retirar el carné a un periodista éste no trabaja, no come y si quiere comer ha de ser obediente a las directrices de los caciques del Consejo y publicar lo políticamente correcto, cuando el mejor código ético es el que no existe y si hay algún problema ahí está el otro código, el penal, que es el que vale. Se trata de volver a promulgar la censura vil y canalla con la excusa de regular el secreto profesional y una cláusula de conciencia que a ver cómo coño la ejerces si tienes que confesarte y dar cuenta ante el comisario y el ante el Tribunal Profesional que te puede quitar el carné y, por supuesto, el trabajo y el “pan de mis hijos”.

Los sinvergüenzas totalitarios, erre que erre, quieren controlar la libertad de expresión porque el fascismo, ya sea de derechas (de la clase media) o de la izquierda (de la clase trabajadora) es fascismo y no descansa porque odia la libertad de los demás. Que os den. Por aquí. Porque yo me he reunido con el “Consejo regulador” de este blog y hemos decidido que los demás no sabemos, pero aquí se publica lo que a mí me sale de la punta del capullo. Como suena. Porque siempre nos quedará Internet. Y la Pirenaica.

Mobusi