Antonio F. Marín: Amor de madre

8 de noviembre de 2005

Amor de madre

He visto un anuncio de un televisor de plasma de Philips que alardea de tener una función nueva que permite ver el televisor como en los tiempos del blanco y negro. Cuando lo veas, te aclaran, nunca querrás volver al televisor antiguo. Y entonces, para qué lo ponen. Es como si te vendieran un coche con un botón que al darle te convierte el coche recién comprado en un SEAT 600. Cuando lo veas, nunca querrás volver al SEAT 600. Pues vale. Gracias por el detalle. ¿Y no inventan lo mismo para la mujer?. Porque si las mujeres vinieran con un botón que te permitiera verlas como eran antes de casarte con ellas, jamás volverías a buscar su compañía (y los hombres también, pero no es mi caso). Yo tengo un ex-amigo que le pasaba eso, sin botón, y que nunca se casaba porque decía que cuando miraba a sus novias veía en ellas a sus madres y
se le aflojaba la gestión.

Es que dicen que a partir de los cuarenta toda las mujeres se parecen a sus madres (y los hombres a partir de los treinta, sí). Pero a mí me pasa lo contrario, le decía yo, porque a mí me gustan más las madres aunque no me resulte fácil el compadreo con ellas porque la madre de mi última novia se solía negar al asunto con excusas peregrinas y hechos circunstanciales como que ya está casada con el padre de tu novia, que es un argumento retorcido, sinuoso, perverso y maquiavélico que me ponía para no darse a la concupiscencia conmigo. A ella no le bastaba con eso tan clásico del dolor de cabeza. Era mala, retorcida y cruel. Porque me podrían haber dicho que se acababa de pintar las uñas y que había que esperar a que se secaran. Por ejemplo. Pero eso de que es la mujer del padre de tu novia no es normal. Hay que ser muy pécora para buscar una excusa tan malévola, porque a mí nunca me han dicho las madres eso. Generalmente me suelen decir que su hija está a punto de llegar, o que su hija está en la cocina, o que no lo hagamos en la cama de su hija porque es muy descarado.

Uno es que prefiere a las madres porque son más cariñosas y tiernas y como tienen más experiencia son más putas, saben usar la lencería, las fajas, los tacones, las faldas de tubo, las medias con costura y te lo hacen todo sin objetar fútiles excusas como que por ahí no, que les duele. O que no te masturban con las tetas porque nunca lo han hecho y no saben. Las madres saben hacer “cubanas”, te hacen arroz a la cubana y además te llevan el desayuno a la cama. Las hijas no, ya que además de negarse al trámite te obligan a madrugar para acompañarlas al trabajo porque para eso son ellas las que trabajan, te dicen con retintín para restregártelo por la cara. Para que se lo agradezcas. Qué insolentes y maleducadas. Son muy egoístas. Donde estén las madres que se quiten las hijas. Ahora me explico por que los presidiarios llevan tatuado en el hombro “Amor de madre”. Son listos y saben de lo que hablan.

Mobusi