Antonio F. Marín: Arde París

7 de noviembre de 2005

Arde París

He estado esperando a que los listos de la Alianza de Civilizaciones nos expliquen qué está ocurriendo en Francia con la sublevación de los inmigrantes de segunda y tercera generación en los barrios marginales. Pero no explican nada. No saben. Bueno sí saben: “es la injusticia social”, según la socorrida tesis de Gabilondo, el "consiliere" cursiprogre, que todavía no ha encontrado en la cadena Cuatro el terrorista suicida. Vale, pero estos chicos de la gasolina no son inmigrantes que vienen en patera ateridos de frío, sino franceses hijos y nieto de inmigrantes que se han criado con escuela gratis, sanidad pública, videoconsola y libertad de expresión. Sufren el paro, claro, como todos los parados y marginados españoles que aún hoy en día mendigan por las calles y viven del sustento de organizaciones como Cáritas. En España hay 2.192.000 familias que viven bajo el umbral de la
pobreza, lo que suponen unas 8.509.000 personas. Según Mundosolidario la pobreza en nuestro país supera la media europea tanto en lo que se refiere a extensión (tasas sobre 100) como en población (19.4% de hogares, 22.1% de población) y sólo es inferior a la de dos países de la Unión Europea: Portugal y Grecia. Tenemos pues unos ocho millones de pobres autóctonos, españoles con guitarra y toro de Osborne, que por extraño que parezca todavía no han quemado nada si consideramos que son más pobres aún que los de Francia. No es por ahí. A lo peor es que todavía no han pillado lo de la Alianza de Civilizaciones de Zapatero. Hay que explicárselo.

Mobusi