Antonio F. Marín: La Iglesia y la Caixa

13 de noviembre de 2005

La Iglesia y la Caixa

El diario El País revelaba el sábado (antes de la manifestación) la cantidad de dinero que el Estado da a los colegios concertados para que éstos den enseñanza pública gratuita. Hacen público el dinero que los españoles gastan en este servicio público que ellos piden y que ellos pagan con sus impuestos. Y eso es noticia. Es como anunciar la cantidad que gastan los ministerios en fotocopias para advertir a las empresas de su manteamiento que deberían de estar calladitos no vaya a ser que se haga público lo que los ministerios gastan en este servicio público. Han perdido los papeles. Y las fotocopias. Porque el diario gubernamental también oculta la millonada que reciben los partidos políticos y los sindicatos que también se financian con el dinero público sin tener porqué ya que habíamos quedado en que
cada uno se pague sus cosas.

Aunque tienen razón los listos porque la solución sería que la Iglesia se autofinancie; es decir, que pida un crédito a la Caixa con el aval de Montilla ya que así se acabarían todos sus problemas monetarios y se financiaría sola, sería más libre y no dependería de los gobiernos. Parece mentira que con la experiencia de 2.000 años que tiene la Santa Madre todavía no se hayan percatado de dónde esta el negocio, los gajes y el provecho. No se explica que no hayan consultado con Montilla sobre cómo financiar el asunto. En cualquier caso no me extraña que les incomode que se dé clase de religión a los niños y que quieran relegarla a las sacristías porque la religión puede ser peligrosísima pues una vez que se les ha facilitado a los multimillonarios que paguen menos impuestos con los fondos Sicav, eso que dice el evangelio de que “es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja que un millonario se salve”, puede ser una insolencia para nuestros amigos los millonarios cursiprogres. Puede herir su sensibilidad. Y los niños pueden percatarse de que los presuntos socialistas (incluido el católico Bono) le rebajan los impuestos a los millonarios y pasan a sus amiguetes ricachones por el ajo de la aguja, por el ojo de la Hacienda y por el ojo del culo de todos los españoles. Sobra el evangelio.

Mobusi