Antonio F. Marín: Machomán, el Justiciero al 3%

3 de noviembre de 2005

Machomán, el Justiciero al 3%

Mientras el Gobierno catalán mantiene alojados en hoteles a las víctimas de su incompetencia, a los afectados por su ineptitud política manifiesta al 3% de las comisiones por obra, el corrector de Jesucristo y Justiciero de las mujeres, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmaba ayer en el Parlamento que su Gobierno confía plenamente en la España de las autonomías. ¿Las autonomías al 3%? No se sabe. Porque el nuevo Estatuto les va a proporcionar más autonomía y si cuando tenían menos competencias se lo llevaban calentito al 3% ahora se lo van a llevar crudo hasta el 12%. A lo menos. Se van a poner en fila para pasar por caja. Y cuando se apruebe por fin el nuevo Estatuto todos ganarán porque a las víctimas de su incompetencia, y sus enjuagues, podrán cambiarlos a un hotel de más estrellas.

Porque el Gobierno no teme ni al debate ni a las reformas, aseguró ayer en el Parlamento “Machomán”, el Justiciero de las mujeres, muy en sintonía con aquellos otro que comentó el otro día de que los que se echan ahora las manos a la cabeza por la aprobación del nuevo Estatuto catalán, verán dentro de seis meses que no ha pasado nada y que España sigue siendo España. Es cierto y pese a él. Pero yo me eché

las manos a la cabeza hace quince años cuando se aprobó la Logse y todavía no las he bajado. Tengo agujetas. Los daños ya son irreparables porque los autores de semejante holocausto cultural han conseguido que toda una generación sea analfabeta y creo que esto es motivo suficiente para llevarlos al Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.

Y es que los demás debemos ser tontos (incluidos Felipe González, Leguina, Paco Vázquez o Alfonso Guerra), porque no entendemos qué hace un Partido Socialista Obrero Español dejándose manejar por los partidos burgueses nacionalistas, merced a un presidente sumiso consentidor que es capaz de todo con tal de seguir gobernando. Porque si algo hemos aprendido del Justiciero es que la política ya no es el “arte de lo posible”, según el clásico, sino el arte de vender a tu madre con tal de seguir aferrado a la poltrona. Lo hemos aprendido de Zapatero, que con tal de seguir sentando el culo en el coche oficial es capaz de comprar los votos al precio que sea, vendiendo incluso la cubertería de la abuela.

Mobusi