El Gobierno está estudiando conceder a los hombres siete días de vacaciones como mínimo para que puedan atender a sus hijos recién nacidos, una vez que se haya acabado el permiso que tiene la madre. Y a mí me parece una medida estupenda. Maravillosa. Felicito a Rodríguez Zapatero y al ministro de Trabajo por esta iniciativa, sin peros, porque es ponernos a la altura de los países más avanzados y porque permite que el hombre también se implique en el cuidado y educación de los hijos. Esto es gobernar para todos los españoles y no sólo para los adeptos. Felicidades. Y yo me apunto, porque con tal de disfrutar de esos siete días de vacaciones soy capaz hasta de casarme y de tener un hijo. O varios. Veamos: para pillarte un mes extra de vacaciones necesitas tener sólo cuatro hijos por año. Y eso es harto difícil porque tú mujer no creo que acepte el envite porque te dirá que se le hinchan los tobillos, que pierde la línea y todas esas excusas que ponen las mujeres con tal de no quedarse preñadas y joderte las vacaciones. Son muy suyas. Egoístas. Con tal de joderte las vacaciones son capaces hasta de no quedarse preñadas. Son malas. Porque vamos a ver: qué supone para ti tener 4 hijos al año. ¿Tanto te cuesta? ¿No quieres hacerme feliz? Y además tiene sus ventajas, cariño, porque así los tienes todos el mismo año, de golpe, y eso que llevas ganado. Y como tienes dos tetas te cunde más al darles de mamar. ¿Para qué te crees que te ha dado Dios dos tetas?, ¿para que puedas lucir una de ellas mientras enseñas lo bien depilada que vas? A mí me vuelve loco ese sobaco tan depilado y te lo voy a lamer hasta los tuétanos, pero no es eso. Una teta para uno y otra teta para otro, alternando, y así te cunde y das abasto. Y si queda algo, para mí que uno también moja y es hijo de Dios. Así que tú misma porque yo no me caso si no hay un mes más de vacaciones, que lo sepas. Para qué: por sólo siete días de vacaciones tengo que aguantar a tu madre toda la vida. No trae cuenta.
