Decía Chesterton que cuando el hombre deja de creer en Dios se pone a creer en cualquier idiotez. Y es cierto, porque anoche podíamos ver en la cadena del Grupo PRISA (el tutor y custodio del análisis racional con puñetas y entorchados), el programa “Cuarto milenio” que manufactura psicofonías al por mayor, avistamientos ovnis, posesiones, enigmas, espíritus de más allá, fenómenos paranormales, exorcismos y demás supercherías y chuches de feria. Pasen y vean, les ofrecemos la mujer barbuda y la pitonisa del ramito de romero a San Pancracio Maragall que da suerte, mucha suerte. El grupo
editorial que vende indulgencias de salvación progresista y que farda baladrón de usar la razón y la investigación racional en la adquisición del conocimiento, basa su programación dominical en supersticiones, magias potagias, visiones, paparruchas, brebajes y demás sortilegios de la nigromancia abra cadabra patas de cabra. Llevan al programa científicos para que den su explicación racional sobre esos fenómenos paranormales, pero en realidad la ciencia haría una enmienda a la totalidad del programa y, entonces, para qué seguir con él. Por la pela, la puta pela, la audiencia y el dinero que es poderoso caballero, según Quevedo y según estos cursiprogres que le ponen una vela a la razón y otra a la migromancia; una forma kantiana como otra cualquiera de descubrir que la metafísica es sólo posible sabiéndose fenomenología de la razón pura y de la fe racional en la razón práctica. A ver cuándo entrevista Gabilondo a Iker Jiménez con el mismo entusiasmo con el que entrevistó al representante de los obispos.
