Lluvia dorada
La igualdad se hace andando, se han debido decir estás chicas al entrar en un aseo masculino para mear su chorrito dorado. Sólo hay que ponerse unos tacones imposibles (y horrorosos, todo hay que decirlo) y se llega perfectamente al mingitorio para dejar caer el chorrito dorado. Y se dice “dorado” porque eso es para algunos como Ricky Martín que ha declarado que le encanta la “lluvia dorada”. Lo que ocurre es que en la modalidad fetichista hay muchas categorías de lluvia dorada y no sabemos cuál le gusta a él (voyeur, chorreada o bebida). Por supuesto que esta ocupación es para enfermos reprimidos y perversos, aunque también los haya más raros aún que vuelan cometas.