Antonio F. Marín: Ruido de sables

7 de enero de 2006

Ruido de sables

El teniente general del Ejército de Tierra, José Mena Aguado, ha advertido en Sevilla que el Ejército tendría que intervenir, como garante de la Constitución, si algún Estatuto de autonomía sobrepasa sus límites. Yerra totalmente el militar. El ejército está subordinado a la sociedad civil, al Parlamento y a la ley. Y si un Estatuto sobrepasa la ley quien tiene que dictaminarlo no es un militar sino el Tribunal Constitucional porque el articulo octavo al que el general se aferra (las Fuerzas Armadas garantizan y defienden la soberanía e independencia de España) sólo puede ejercitarse a instancias del Gobierno legítimo y no al antojo de una recua de militares a lo Pancho Villa que acuden a salvar a la patria. Eso sólo lo hace el payaso de Castro (o Chávez que ya lo ha hecho), pero no un general europeo. Espero que arresten a este general y que lo cesen de inmediato, aunque vaya a jubilarse pronto y
aunque lo haya hecho con buenas intenciones. El infierno está lleno de buenos propósitos, según dicen. Esto no obsta para que llegado el caso el Gobierno pueda decretar la suspensión de la autonomía, con arreglo a esa misma Constitución, si el Parlamento Catalán desobedeciera esa sentencia del Constitucional. Pero no es el caso, no ocurre, ni va a ocurrir y lo único que hace este militar es caldear un ambiente que, paradójicamente, el Rey trata de calmar. Serénense los ánimos y arréstenme a este general que se ha pasado de frenada. Y ya de paso que prohíban que la ilegalizada Batasuna campe libremente y sojuzgue a las víctimas en el País Vasco, celebrando un congreso ilegal en locales públicos y con el plácet, aquiescencia y lisonja de las autoridades. No más humillaciones a las víctimas, por favor, y que se cumpla la ley. Para todos y por parte de todos. Pero esto es repetir lo obvio. Joder, qué mal andamos. Esto es pre-escolar, digo pre-conciliar, digo pre-democrático. A estas alturas.

Mobusi