Dice Zapatero Machoman, el Justiciero de las Mujeres, que dentro de unos años se verá que la reformas le sientan bien a España, que hay que dejar pasar el tiempo para que se vean sus beneméritos efectos.
Puede ser. Pero él no dejó que el Plan Hidrológico demostrara que era bueno para todos, para el levante y el Norte, porque se lo cargó nada más llegar al poder sin consultar con nadie, sólo con sus socios que le exigieron que lo suprimiera para darle los votos que le permitían asentarse en el poder, en la poltrona que le gusta más que a un tonto un rayo láser.
No le dio oportunidad de demostrar sus virtudes y acabó con él de un tajo sin darle ninguna posibilidad. Y podemos sospechar lo que se nos viene encima porque ya hay un precedente, pues la reforma que ha llevado a efecto para bajarle los impuestos a los multimillonarios con los fondos
Sicav, nos parece una vergüenza ahora, entonces y en el futuro, aunque él quiera disimular aprobando una bajada de mentirijillas a los trabajadores. Cosa de gente sin ética, de vil canalla de proa que nadie quiere en sus barcos. El Marques de Sade era un bendito comparado con esta banda de saqueadores que le baja los impuestos a los millonarios y además facilita que Hacienda no los inspeccione.
Vil canalla que le baja el IVA al amiguete multimillonario, al cacique que lo apoya como si en vez de una “democracia avanzada” viviéramos en una “democracia reaccionaria” del siglo XIX. Porque en una “democracia avanzada” Machoman no sería ni bedel de instituto. Pero con tal de tener el apoyo del cacique y de los nacionalistas que lo mangonean y chulean, este Machoman es capaz de vender a su madre para seguir gobernando, vender a unas regiones pobres de España para beneficiar a otras más ricas y vender a los muertos para conseguir una paz de los cementerios que le permita los laureles de pasar a la historia.
Como Machoman el Magnífico. Y cuando no le quede más por vender para seguir aferrado al poder, a la poltrona y al coche oficial venderá… a los trabajadores como ya los ha vendido al permitir que sean ellos los que sigan cargando con la carga impositiva mientras los amiguetes multimillonarios pagan menos impuestos con los fondos Sicav. Yo a este pájaro no le presto el coche, ni un voto. Porque lo vende.