19 de enero de 2006
Tú y tu zapato 'shoedangling'
Vale, me has dado el informe que trata del “Acuerdo marco para el desarrollo conjunto de proyectos de promoción económica y productiva que estimulen las iniciativas para el desarrollo turístico, cultural y social”. O algo así. Y lo estoy leyendo, por encima. Por encima del papel que me has dado porque me interesa mucho más lo que me cuentas con el balanceo de tu zapato sobre la punta de los dedos ya que me fascina leerte el lenguaje “shoedangling” de tu pie con ese zapato de tacón. Porque
me cuentas cosas, muchas cosas, con esa verborreica grandilocuencia. Muchísimas, porque sabes expresarte meridianamente bien con el movimiento de tu pie y de tu zapato, con ese vaivén sobre la punta de tu pie que me provoca sensaciones, emociones y erecciones... Eres muy grandilocuente. Y me lo cuentas todo sin pudor ni recato alguno, como tiene que ser porque me interesa muchísimo lo que me dices. Eres tan lenguaraz que no hace falta que sigas con tu monólogo con el pie y el zapato porque te lo entiendo todo y ahora mismo me voy a casa para meterme en la cama y esperarte.