Tu coño me sabe a parra
No es cierto que ponerle hojas de parra a las estatuas sea síntoma de represión porque a esta chica las hojas de parra le sientan muy bien, pero que muy bien, e incluso la mejoran porque dejan atisbar entre ellas el pelito recortado de su sexo. Recortado, no rasurado, que es lo correcto. A mí esta estatua carnal me gusta con hojas de parra para lamerla, beberla entera y empacinarme de ti, que le diría si yo fuera poeta, que no lo soy, por lo que yendo más a lo ordinario, le diría que para penetrarte, entre hojas, hasta el alba, digo, hasta que termine la vendimia. Uno, que es muy bruto y poco dado a la lírica.