La estación de tren de Archena (Murcia), y su balneario, se encuentra a más de 10 kilómetros de la localidad porque la señora propietaria de las tierras por las que se había proyectado la línea férrea, se negó en redondo a que la vía pasara por sus tierras y echó mano de sus amiguetes que eran gobernadores, ministros, caciques y demás tropa oligarca, para conseguir, como logró, que el ferrocarril se desviara hasta los lindes con sus tierras y que la estación quedara a 10 kilómetros de la ciudad. Aquella cacicada de hace siglos ha provocado que varias generaciones de vecinos de Archena tengan que echar mano de coches, autobuses y taxis para acudir a su estación de ferrocarril que tienen ubicada a diez kilómetros. Además de echar merienda para el viaje. Afortunadamente creíamos que estas cacicadas ya habían pasado con la modernidad y la democracia, pero ahora resulta que el aeropuerto de Murcia va a modificar su diseño porque a una urbanización que está construyendo
la Caixa de Cataluña ubicada a 5 kilómetros del futuro aeródromo, le molesta el lejano ruido de los aviones. Ese proyecto de urbanización de la Caixa fue inugurado por el ministro socialista Montilla que recibió de esa caja el regalo de la condonación de sus créditos. La “sugerencia” para que se atienda las quejas de la urbanización de la Caixa (que inauguró el ministro Montilla) y se cambien las pistas, la realizó la ministra de medio Ambiente a los responsables autonómicos, inmiscuyéndose así en los problemas particulares de una empresa, aunque sea de la Caixa, que casualmente perdona créditos a otro ministro que casualmente inaugura los negocios de esa caja en esa urbanización. Casualidades de la vida. Porque es probable que para no molestar los negocios de la Caixa (que inaugura Montilla) haya que correr el aeropuerto hacia la linde de los negocios de la Caixa (la que perdona créditos a Montilla), que son precisamente los que le niegan agua del Ebro a Murcia pero que se vienen aquí a construir 3.500 viviendas, campos de golf, y a criticar que los murcianos los construyan (5) cuando ellos tienen (58) y encima van de víctimas.
Víctimas catalanas que pretenden diseñar el aeropuerto de Murcia al gusto de los negocios que inaugura el ministro Montilla. Yo no puedo opinar sobre el Estatuto de Cataluña, pero los catalanes que perdonan créditos a Montilla “sugieren” que se cambien las pistas del aeropuerto de Murcia para no molestar los negocios que inaugura Montilla; es decir, tienen que dar el visto bueno a mi aeropuerto porque de momento no se aprueba y no se termina (lleva años de trámites) hasta que no se evite la molestia a una futura urbanización de la Caixa que inauguró Montilla y que es obra de la caja que le perdona créditos a ese mismo ministro. “Democracia avanzada”, ya te digo. “Patriotismo social” y mucho cacique de la “escuela de Chicago”. De momento a la señora aquella de Archena le ha salido un discípulo muy avispado y amontillado.