El ministro de Defensa, José Bono, ha afirmado que se está ganando la guerra a ETA y que sus miembros acabarán "manos en alto y rindiéndose", según los informes que le ha facilitado el servicio de inteligencia. Me extraña. Eso sería una humillación para ellos y demostraría que más de treinta años de “lucha” y mil asesinatos, además del encarcelamiento de cientos de ellos, no han servido para nada. Y ellos no son idiotas. Y no nosotros no somos idiotas, así que si dejan las armas voluntariamente es que saben que van a obtener algo a cambio y que van a salir airosos del envite, quedando como héroes y con todos esos entorchados y perejiles. Van a montar cristalerías hasta en los cementerios. De hecho algunos columnistas de obediencia ciega gubernamental ya nos vienen preparando el suflé de que a cambio de la paz hay que dejarse pelos en la gatera. Puede ser. Pero los pelos
en la gatera se los dejan los animales porque las personas civilizadas y educadas entran por la puerta principal, advierten de la visita y no suelen hacer apartes para cuchichear y comadrear; que es que se conoce que se acercan tiempos de alcahuetas, componendas, trueques y triquiñuelas por debajo de la mesa camilla cuando creíamos que andábamos con la ilustración, los focos, la democracia, los votos, el Parlamento y los taquígrafos.
Porque lo de menos es la tregua que Zapatero va a tener, eso es seguro, como la han tenido otros presidentes y él aún con más facilidades porque un tío que se atreve a corregir a Jesucristo es capaz de todo. No tiene límites, que ya se sabe que el tonto y el cerril no duda jamás. La cuestión es que tras la tregua vendrá una mesa de negociación en la que participarán los socios de los terroristas de igual a igual, y de tú a tú, con la democracia, en una evidente contradicción democrática porque si todo se puede solucionar en una mesa de negociación política para qué queremos las elecciones y los parlamentos. Sobran. Son papel mojado, nunca mejor dicho y a mí que no me llamen nunca más para votar. Porque no sé por qué me he de dejar yo pelos en la gatera de los demás, decía, porque “gateras os quieren poner gentes de hierba mala, gateras que habréis de dejar rotas sobre sus espaldas” (Miguel Hernández). Allá él. Treguas tengas y las ganes. Tan sólo convendría recordar lo que ha declarado hace poco un miembro de Batasuna: “En Francia fracasa nuestra presión porque ni siquiera hacen caso a nuestras reivindicaciones y, al ignorarlas, las convierten en inútiles”. Sólo eso.