Antonio F. Marín: Así que pase un siglo...

28 de marzo de 2006

Así que pase un siglo...

Dicen que pasado un siglo nadie se acuerda de nosotros, según un estudio de los servicios funerarios de Madrid que demuestra que el 68% de los restos de quienes están enterrados en nichos no son reclamados por nadie concluido el plazo legal de 99 años. Pero a mí me parece que un siglo en mucho. Demasiado, porque a mí las novias me olvidan al instante. Incluso algunas me han olvidado antes de salir de su casa, dando el consabido portazo. Y las demás nunca me han olvidado, porque cuando me las he vuelto a encontrar y las he saludado, se han apartado para dejarme pasar y han seguido su camino muy altivas. Ni perdonan, ni olvidan. Pero a mí las que no me olvidan son las madres de mis novias porque siempre me he llevado muy bien con ellas y con algunas mejor incluso que con las hijas porque son más atentas que ellas. Es que son muy solícitas y
cariñosas. Mucho. Y no te olvidan como las hijas que nada más dejarte se echan enseguida otro novio. Y te tienes que ir a casa de su madre, porque es sabido por las películas americanas que cuando a uno se pelea, o lo dejan, se va a casa de su madre. Es a casa de la tuya; a casa de tu madre, te suelen decir ellas. Son malas y hasta les molesta que rehagas tu vida con su madre. Y eso que ellas disfrutan dejándote porque sé de más de una que después de dejarme han salido a hombros de la casa como se ve en la foto. Con todo el descaro del mundo. Lo celebran y encima te saludan cuando se van en loor de multitud. No tienen sentimientos porque una cosa es que se vayan, y te dejen, y otra que salgan encima a hombros.

Mobusi