Mientras los cerriles nacionalista impedían un acto de Ciudadanos de Cataluña en la universidad de Barcelona demostrando su talante democrático y su tolerante sectarismo, las actrices cursiprogres se echaron al monte con flores a María, digo con flores a Zapamaría que madre de la secta es, para ornar con sus rosas blancas el cañón de las pistolas de ETA porque ya sabemos que quedan más monas en la foto de la paz de Mahatma Zapateril y su plan de diseño zen. Con flores blancas a María que madre de nuestra secta es, decoran el Panteón de Políticos Ilustres que confunden víctimas y verdugos y se bajan los pantalones ante los asesinos de niños, como el caricato de Boris Izaguirre que tiene mucha experiencia y les ha enseñado cómo es una genuina bajada de pantalones para que quede progresista, mientras acusa un partido de la oposición de ser menos democrático
que ETA. Los asesinos de niños salen del armario, ayudados por el payaso porculero que nos ha enseñado a todos los españoles a bajarnos los pantalones, la dignidad, la vergüenza y la “educación para la ciudadanía” que nos prepara Peces Barba, Zerolo e Izaguirre para que nuestros pequeños ciudadanos tengan “cintura democrática” y aprendan a agacharse, culo en pompa, pues ya sabemos por su eminencia Zapatero que “tener cintura” es la esencia de la democracia. Cintura para doblarte y que te den por el culo.