La Guardia Civil ha detenido a varios sujetos acusándolos de estar relacionados con el dopaje en el ciclismo y además el Gobierno está tramitando una ley en el Congreso que castiga con penas de cárcel al que se dope. Y me alegro y felicito al Gobierno por ello. Y ya van 13 felicitaciones que las llevo contadas (trece), porque debido a las invectivas que he recibido por criticar al Gobierno (yo estaba pensando en criticar al partido de la oposición de Eslovenia porque sus decisiones me afectan muchísimo), he de hacer constar, una vez más, que en este blog he felicitado al Gobierno en doce ocasiones. Y para que conste y surta los efectos oportunos, de orden y con el visto bueno del sr. Alcalde, se hace saber que uno siempre ha pensado que felicitar al Gobierno es de gilipollas porque su obligación es hacerlo muy bien, les va en el sueldo, cobran por ello, y el político/a que necesite cariño, halagos,
mimos y cucamonas que recurra a su abuela y/o en su defecto a su mujer, su querida y/o semoviente con el que se encame y retoce. A mí no me pagan para darle coba al Gobierno porque para eso ya están Forges, El País, el grupo Zeta, 20 Minutos, la cadena Ser o Juan José Millas; ese prototípico español casposo, cabreado, siniestro y con mala baba; es decir, el arquetipo de la España lameculos, usted me manda, don Jesús. Y que lo hacen muy bien. Se lucen. Han nacido para ser sumisos complacientes con “su” Gobierno y cobran por ello, usted me manda, señorito. No practicaré yo el intrusismo profesional en el noble oficio de lameculos porque tengo entendido que el intrusismo profesional también está penado por la ley. Y no quiero quitarle el trabajo a nadie y mucho menos a los que se quedan alelados y contemplativos ante el culo gubernamental. No sería justo. Pero es que este es un Gobierno con gente tan mediocre (en la oposición tal para cual) que cuando hace algo bien es noticia y hay que aplaudirlo. Por ejemplo la decisión de meter en la cárcel a todo aquel que conduzca borracho porque es inadmisible que un tío se emborrache, se suba a un coche, mate a alguien y sólo pague una multa “farruquita”. O la decisión antes mencionada de entalegar a todo los deportistas que se dopen y quieran trampear los resultados. O que se haya obligado a los constructores a incluir en sus edificios medidas para ahorrar agua, calefacción, reciclar residuos y evitar los ruidos. Todo ello me parece fantástico y vuelvo a felicitar al Gobierno, una vez más (13) y sin que sirva de precedente, porque mañana lo criticaremos sin dar explicaciones a nadie. Faltaría plus.