Uno no es republicano, ni monárquico, porque mi monarquía o republica no es de este mundo, desde luego, pero si el otro día criticábamos la detención de dos militantes del PP, hoy toca criticar la de dos militantes comunistas que enarbolaron ante el príncipe una bandera republicana. Porque hay que recordar, una vez más, que enseñar una bandera que no es la constitucional no es ilegal, porque las banderas no delinquen o no deberían. Cada cual es muy libre de enarbolar las banderas que quiera, de pensar lo que quiera y de obrar en consecuencia con arreglo a su
libertad. En democracia se supone que todo el mundo ejercita su libertad correctamente y si no es así hay que demostrarlo. Todo el mundo es libre y no tiene que justificar ante la policía con certificados y avales que ha hecho un buen ejercicio de esa libertad. Es la policía la que tiene que demostrar ante un juez que se ha inflingido la ley, cosa que en este caso parece que no ha sido así porque el ser republicano o reivindicar la república es legítimo y legal y está amparado por la libertad de expresión o ideológica. Lo triste es tener que explicar, una y otra vez, lo que es obvio. Lo triste es tener que explicarle esto a un Gobierno socialista que ya ha detenido a dos militantes del PP y a dos de IU. Esperemos que pronto se detenga a sí mismo. Así que ¡viva la república!, para solidarizarnos con los dos jóvenes comunistas detenidos por la policía. Otra día daremos vivas a la monarquía, si nos quedan fuerzas.
