16 de junio de 2006
Deliciosa postura ‘shoedangling’
Esas medidas con costura y talón cubano…, esos zapatos de tacón que dejas colgando en una provocativa posturita shoedangling…, esa dejadez de experta fetichista con la que mueves el zapato ante mí; esa elegancia con la que balanceas el zapato en la punta del pie como una auténtica fetichista vocacional…, esa delicadeza que has tenido al llamarme a tu despacho para informarme de las últimos proyectos de la empresa…, esa seguridad que se te ve al hablar y al decirme qué he de hacer…, esa confianza que me demuestras al confiar en mí..., en fin, todo. Eres una perversa fetichista como yo, de eso no hay duda, y todo en ti es perfecto. Y quizás por eso eres mi jefa. Y mi esposa. Lo que no sé es por qué te has sentado en la mesa.