Tururú, o sea, tararí que te vi

Los terroristas asesinos de niños están tan crecidos que han desafiado al juez y mantienen la manifestación de hoy en Pamplona. Y el otro día pudimos ver el “arrepentimiento” de dos de ellos mientras eran juzgado al mostrarse chulos, flamencos y bravucones en el mejor estilo de la España cañí cabreada, insultona y con mala baba. Y además han amenazado a Francia con seguir con el “conflicto” hasta que ellos pasen por el aro, por el tubo y por la gatera. Y los franceses, claro, que no tienen complejo democrático, han dicho que eso es un “asunto interno” de España y que “tararí que te vi”. Y les han hecho la trompetilla a los terroristas. Tururú. Ellos no se dejan pelos en la gatera porque ellos no pasan por el aro, ni por las gateras que les quieren poner, gentes de la hierba mala, gateras que ellos dejan, rotas sobre sus espaldas (versión libre de Miguel Hernández). Tienen dignidad, no ceden al chantaje, ni se quieren ganar la credibilidad democrática dialogando con asesinos de niños. Ellos
no tienen complejos, saben que son demócratas y no tienen que demostrar que son dialogantes y tolerantes como sí tienen que hacer, y revalidar, los nuevos ricos cursiprogres que quieren evidenciar que tienen talante, educación y exquisitez, comprando el mundo de la cultura para ser admitidos en el club de la ópera, las artes y las ciencias. Así que los franceses que no tienen nada que demostrar, decía, les han dicho que “tururú”, porque ellos no juegan con serpientes, ni con asesinos de niños. Y ellos lo saben y lo tiene claro. “En Francia fracasa la presión porque ni siquiera hacen caso a nuestras reivindicaciones y, al ignorarlas, las convierten en inútiles”, según ha reconoció hace poco un asesino de niños. Tururú. O sea, tararí que te vi. Aquí les damos cuartelillo porque somos más modernos que nadie, luz de occidente y faro de progreso que alumbra al mundo la tierra prometida de la paz y el diálogo. Tururú.