Antonio F. Marín: La edad te hace más rebelde

10 de julio de 2006

La edad te hace más rebelde

Dice el pintor Antonio López que la edad lo ha hecho más rebelde. Tiene razón. Cuando envejeces eres más libre, sin duda, porque yo pongo en este blog mi nombre autentico, mi edad, mi foto y la ciudad donde vivo, mientras la inmensa mayoría se esconde tras seudónimos. Quiero ser libre y no le temo a las consecuencias de mis actos. Quiere decirse, y digo, que cualquiera que se venga a Cieza puede verme por la calle y señalarme: Mira, ese es el tío vicioso, pajillero y pervertido que pone fotos de pollas acariciadas por zapatos, entre otras maravillosas perversiones fetichistas. Qué vergüenza, se dirán, porque yo no sé a dónde vamos a ir a parar, etcétera. Otros no, porque he notado que muchas chicas que me ven por la calle me sonríen y siguen su camino porque me barrunto que ellas son más tolerantes y listas que los tíos que son todos unos tabiques cuadrados que tampoco entienden que este es un diario personal, un blog privado, en el que los amigos pueden dejar sus comentarios y las mujeres el número de su teléfono. Porque esto no es un servicio público, ni hay derecho de
réplica, ni es un lugar de debate. Para eso ya hay otros sitios más adecuados.

Pues no. Pese a ello algunos tipos que se esconden tras el anonimato y no dan la cara, te llaman “puta mal follada” y si borras su comentario anónimo y machista, resulta que eres un fascista que no respeta la libertad de expresión. En los periódicos piden el DNI y que no se insulte. Aquí te insultan en el anonimato y encima exigen. La España de Zapatero y chichinabo, ya se sabe. Así que seguiré opinando de lo que me salga de la punta del capullo (sin perdón), y seguiré colgando las fotos que me dé la gana sin darle explicaciones a nadie. Como siempre. Como ya hice en mi anterior libro y como voy a hacer en el próximo que todavía es más “subido de tono” que el primero; un libro que han leído más mujeres que hombres, según me han confesado las chicas. Así que contando con el favor de ellas, me da igual que me llamen pajillero, reprimido, puta mal follada, fascista o fetichista de la lencería femenina, como la de la foto de arriba, por cierto. Me la suda y me la chupan todos. Y desde que todos pasan a chupármela de uno en uno, ya digo, he dejado de tomar antidepresivos y demás medicinas lisérgicas de la desesperación. Ahora estoy disfrutando de la vida. Gracias a ellos.

Mobusi