Fetichismo faja/liguero

Estoy corrigiendo las galeradas de mi próximo libro “Entretiempo”, y me he percatado de que hay muchísimos más errores de los que yo me imaginaba. Las prisas por acabar antes del verano me hicieron apresurarme, para nada, porque el libro no va a salir a principio de curso, como yo creía, sino por navidades. Le voy a meter mano a las costuras, le tendré que poner algún hilván, fruncir la sisa, subir los bajos y estrecharle la cintura. Lo siento por mi querido editor, José Luis Vergara, pero al libro le queda. No hay prisa. Ninguna. Necesito 15 días más, como mínimo. El que tenga prisa que coja el AVE, según decía no sé quien. Y como me jarte lo quemo o lo reciclo en otro y empiezo otra vez aprovechando las escenas de sexo que es lo único que está bien y no hay que tocarle ni una coma. Ni un coño. Pues eso. Este es mi último libro porque una vez que salga cuelgo la pluma y me retiro. Se acabó. Así que metido en la corrección de las
galeradas no atiendo mucho a lo que pasa por ahí, aunque me supongo que seguiremos con la inmigración, la chulería de ETA, el alcalde del Carmel y del Fórum al que han premiado haciéndolo ministro, las tropas metrosexuales en el Líbano, la mierda de equipo que ha hecho Capello; es decir, sin novedad en el frente. Lo mismo. La misma rutina de siempre y para romperla aquí va una foto de fetichismo clásico, con faja/liguero de toda la vida, para regocijo del alma y de otras cosas más mundanas y palpables.