Antonio F. Marín: La España que grita y crispa

1 de septiembre de 2006

La España que grita y crispa

El cerril orejero de Forges (quién te ha visto y quién te ve, Maribel), está publicando una serie de chistes en los que critica a los que se oponen a “su” Gobierno y los llama “calumniadores y crispadores”. Él, claro, como representante chistoso de la España cursiprogre y paleta que quiere pasar por fina, prefiere una oposición mansa y unos ciudadanos sumisos que le laman el culo a su Gobierno. Porque cuando los suyos apedrean las sedes del partido contrario no hay crispación, sino ejercicio de la protesta ciudadana; cuando los suyos no dejan hablar a Rajoy en su propio mitin como ya ha ocurrido en Cataluña y León, no hay crispación, sino reivindicaciones políticas; porque cuando los suyos calumnian impunemente al partido adversario acusándolo de cometer un delito quemando el monte, no hay crispación, ni calumnias, sino ejercicio de la responsabilidad del poder. Los suyos no crispan ni calumnian, sino que protestan, y los demás
no protestan, sino que crispan y calumnian. En esta España de Zapatero, Forges y chichinabo, todo que aquel que piensa sin pedir permiso es un crispador porque ya se sabe que cree el sumiso consentidor que todos son de su condición. Así que si a ti te dan un puñetazo y te quejas, eres un crispador, porque "El grito" de Munch es de gente ordinaria ya que los cursiprogres no quieren que nadie grite. Esta es la España negra, amargada y sombría que quiere ciudadanos sumisos, consentidores y mansos; la España que cuando usa la cabeza es para embestir y acusar al que no está de acuerdo con ellos de “crispador” para amordazarlo, censurarlo y matarlo civilmente. Esta es la España de Zapatero y Forges; la España cursiprogre, paleta y lameculos de !Viva Polanco, nuestro dueño!"

Mobusi