Antonio F. Marín: Me van a buscar novia

10 de octubre de 2006

Me van a buscar novia

Una señora de Cieza, mi pueblo, que me quiere mucho y a la que conocen por “Marisefa” (de María y Josefa) me paró ayer por la calle y me dijo que me iba a buscar novia. Y yo me alegré, claro. Eso le dije a ella dándole la venía para que hiciera de casamentera porque yo por mis propias mañas no puedo. Aunque veo difícil que sus gestiones fructifiquen porque no suelo tener éxito con las mujeres, ya digo, pues todas las que a mí me gustan pasan de mí. Lo tengo comprobado, y si en una reunión hay cinco mujeres y de ellas me gustan tres, yo no le gusto a ninguna de las tres. Las otras dos ni me miran, o sea, que no sé. Así que lo veo difícil porque además soy muy tímido y con las mujeres que me gustan me pongo nervioso, digo tonterías, no paro de hablar sobre cualquier cosa y las asusto porque les suelo decir, para hacerme valer, que creo mucho en el matrimonio y en la familia, y prueba de ello es que tengo 48 años y todavía vivo con mi madre. Pero se conoce que ésto las espanta, me supongo, porque ellas no deben
de creer en la familia. Al menos no tanto como creo yo, que tengo una gran fe, porque mi familia lleva dándome de comer desde que tengo uso de razón y todavía no han parado. Así que al igual que los políticos tienen “voluntad política” para arreglarte esa carretera que lleva años hecha un asco, yo tengo “voluntad política” de echarme novia formal, casarme por la Iglesia y meterle mano mientras cocina la cena que es una fantasía muy socorrida en mi martirologio sexual. Meterle mano a la mujer mientras reboza las croquetas. Así que no pido mucho: una muchacha normalita y que le guste enseñar las bragas. No es tan difícil. Los hay más exigentes.

Mobusi