lazo con el que me atrapas.
Déjame asirme al vértigo de un azote
como aquel que nos despierta al mundo
y me enreda al tuyo,
la palma abierta de tu mano,
mi piel rendida sobre tus rodillas,
navegando al timón de tus deseos.
Déjame asirme al vértigo de un azote
como aquel que nos despierta al mundo
y me enreda al tuyo,
la palma abierta de tu mano,
mi piel rendida sobre tus rodillas,
navegando al timón de tus deseos.
Pura Salceda – Versos de perra negra – SIAL ediciones 2005