de Inglaterra, Portugal y Canarias. Chachi. Uno comprende que cuando el idiota no tiene nada que hacer con el rabo cambia husos horarios, pero también comprende que los ciudadanos teman más a un idiota, digo, a un político que a un delicuente, por lo que ha llegado el momento de esconderse debajo de la cama, por lo que pueda pasar, y rezar a todos los santos para que nos proteja de los políticos y de los tontos. A san Cucufate, por ejemplo.
6 de diciembre de 2006
Los polìticos son el problema
Una encuesta realizaba en Cataluña refleja que los ciudadanos sitúan como principales problemas el acceso a la vivienda (21,1), seguido de la inmigración (17,8) y la insatisfacción con la política y los políticos (8,1). El paro (7,9) y la inseguridad ciudadana (7,2) aparecen en cuarto y quinto lugar. Quiere decirse que a los ciudadanos les preocupa más lo que hagan los políticos que el paro o que les roben la cartera. Pierden más el sueño por lo que hacen nuestros políticos que porque los atraquen en la calle a punta de navaja. Yo no sé a dónde vamos a ir a parar. Bueno, sí lo sé. No sé quién dijo que la tontería no tiene límites y es cierto, pero los límites están establecidos para traspasarlos y por eso los socialistas gallegos han obviado que los beneficios empresariales han batido todos los récords mientras el 20% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y se han propuesto cambiar el huso horario y poner la hora
de Inglaterra, Portugal y Canarias. Chachi. Uno comprende que cuando el idiota no tiene nada que hacer con el rabo cambia husos horarios, pero también comprende que los ciudadanos teman más a un idiota, digo, a un político que a un delicuente, por lo que ha llegado el momento de esconderse debajo de la cama, por lo que pueda pasar, y rezar a todos los santos para que nos proteja de los políticos y de los tontos. A san Cucufate, por ejemplo.
de Inglaterra, Portugal y Canarias. Chachi. Uno comprende que cuando el idiota no tiene nada que hacer con el rabo cambia husos horarios, pero también comprende que los ciudadanos teman más a un idiota, digo, a un político que a un delicuente, por lo que ha llegado el momento de esconderse debajo de la cama, por lo que pueda pasar, y rezar a todos los santos para que nos proteja de los políticos y de los tontos. A san Cucufate, por ejemplo.