Antonio F. Marín: Las tribus familiares

4 de febrero de 2007

Las tribus familiares

En Madrid se manifestaron ayer por la libertad y por la derrota de ETA, y en el País Vasco se manifestaron por la paz, convocados por el obispo Blázquez que además de buscar la paz por "caminos inéditos", según dice, debería también buscar la paz entre los adolescentes permitiéndoles usar condones que eviten guerras familiares, el contagio de enfermedades y el asesinato de inocentes. La paz por los “caminos inéditos” pueden ser los condones, señor cura. Pero todos buscan la paz, ya digo, y maricón el último. Hay medallas, se rifan medallas, aunque no parece que
haya nada que rascar mientras los nacionalistas sigan estando en misa para condenar el terrorismo y repicando en las reuniones con los terroristas. O creyéndose que son de una ralea especial de ciudadanía que no tiene que rendir cuentas a nadie, ni ante al altísimo, ni ante los jueces, tal y como suele hacer Ibarreche. Se puede discrepar de la Justicia y creer que dialogar con los cómplices de los terroristas no es delito, pero para ello es mejor que te presentes en el Juzgado como un ciudadano más, esperes a que te llamen, expongas tus motivos y te acojas a una reciente sentencia del Tribunal Supremo que establece que la Justicia no tiene por qué mediar en los conflictos políticos. Y se acabó. Eso pasaría en un país normal, en una democracia normalita (en Inglaterra Tony Blair ha sido interrogado por la Policía), pero en la España de Zapatero y chichinabo, en el País Vasco, vamos, no hay normalidad y hasta para ir al juzgado te tienes que llevar a toda la panda porque es cuestión de tribu, de acompañarte de toda la familia como hacen los gitanos que cuando van al Juzgado acuden todos en tropel, incluidos los niños de pecho.

Mobusi