Antonio F. Marín: El presidente cumple y yo también

22 de marzo de 2007

El presidente cumple y yo también


El compinche de los terrorista ha sido detenido para ser llevado a juicio y ha sido luego puesto en libertad a petición del fiscal, porque se conoce que a Otegui le hiere su sensibilidad eso de acudir al juzgado, como el resto de los ciudadanos, y hay que evitarle al muchacho berrinches y disgustos pues Zapatero del Tinell sigue esperando con anhelo el comunicado de ETA y suspira entre vahídos porque llegue antes de las elecciones municipales. No hay que enfadar a los asesinos porque ya sabemos que en la democracia deliberativa de Zapatero, el fiscal no está para molestar a las gentes de buena voluntad. Así que mientras llega el anhelado aviso de los terroristas, el presidente se pasea por Zaragoza prometiendo que cumplirá y dará dinero para el Metro porque
él es un chico muy formal y cumple lo que promete tal y como ya hizo con el Trasvase del Ebro, que prometió acabar con él y lo cumplió. Muy correcto. Promete dinero para el Metro, mientras a Murcia le quita el agua y le da un tren de la risa para dentro de diez años por cuyas vías circularán hasta los mercancías. Recuerdo que cuando hace unos días vino a Murcia Pura Salceda para dar una conferencia, se sorprendió de que el tren Euromed se quedara en Alicante y no siguiera a Murcia. Tuvo que hacer trasbordo. Y yo no supe que decirle pero me sentí avergonzado porque además sabía que el moderno tren Alaris que viene de Madrid se desvía en Albacete hacia Alicante y pasa de largo o más bien toma una curva hacia arriba para evitar Murcia. Todo se desvía y aquí no viene nada, ni tren, ni agua. Bebamos pues para celebrarlo porque por Murcia el agua no va a llegar al cuello y además Zapatero promete que cumple y yo también cumplo. Soy más cumplidor que él incluso y como arrieros somos, en las urnas nos encontraremos. Como debe ser, porque he votado a Suarez, a Felipe González, a Aznar y a Julio Anguita, pero con él voy a cumplir lo que prometo. No es nada personal, pero los negocios son los negocios.

Mobusi