Antonio F. Marín: El cordón sanitario

11 de marzo de 2007

El cordón sanitario

Yo no hubiera ido a la manifestación contra la excarcelación del terrorista De Juana (de haber vivido en Madrid), pero comprendo a los que acudieron sobre todo después de que el muchacho de León dijera que no va a dar marcha atrás en el caso “De Juana”, pese a las protestas en la calle, porque ya sabemos que el cerril no duda jamás. Y él no duda. Nunca palidece. Otea el horizonte y hace un gesto a sus huestes para que lo sigan a la tierra prometida donde el amor y la paz brotan de los cristalinos manantiales de gasas, tules, sedas y algodón de azúcar.

Y toda la secta lo sigue menos la madre del ecuatoriano muerto en Barajas que ayer se manifestó en Madrid porque creía que Zapatero le iba a hacer justicia. Eso le dijo el muchacho, pero se encontró con que soltaba a un asesino en serie compañero de los que habían matado a su hijo. Pero uno no hubiera ido, decía, pese a que el diario cursiprogre haya proclamado oficialmente que
el PP se dispone a atravesar (con la manifestación) una línea "que ningún demócrata había franqueado desde el inicio de la Transición". Tela.
Pero tiene razón porque no se cruzó esa línea para liberar a Miguel Ángel Blanco y porque esto de no "traspasar líneas democráticas" lo decía editorialmente mientras en sus páginas de interior informaba de que Felipe González y algunos destacados miembros del PSOE habían acudido a proclamar la inocencia de Rafael Vera, el organizador del GAL que ha sido condenado en sentencia firme por secuestro y robo, pero que se conoce que no cruzó líneas democráticas. Paradojas de la vida.
Un MacGuffin, según el cursi con ribetes y lirios de acanto de Manuel Rivas, porque se conoce que el hecho de que los políticos asesinen, secuestren y roben no significa que se cruce ninguna línea democrática, si son de los nuestros, de la secta, de la cerrilidad orejera de Rivas y Millás, las divas histéricas de la cursiprogresia pues ya sabemos que soltar por primera vez en la historia a un terrorista después un chantaje, tampoco es cruzar ninguna línea democrática. 
Ninguna. Aunque el chantaje funcione, sirva y sea útil no cruza ninguna línea democrática, ni de amor, según nuestra Joan Baez zapatera del bucólico amor feministo que nos anima a emplear la palabra amor con más frecuencia, yo te quiero más que ayer pero menos que mañana, porque hoy estamos mejor que ayer, pero menos que mañana, o sea, antes de la bomba y esas cosas, ya saben.
Se pilla antes a un cerril burriciego que a un cojo porque hasta ahora el boletín oficial cursiprogre, El País, decía que el PP estaba solo, que una vez más había vuelto a quedarse solo, que no sé qué cosa del “cordón sanitario”, del Pacto del Tinell y que tralarí tralará. Pues ahí tenéis al PP en la soledad de las tinieblas a las que lo habéis arrojado mientras os lamentáis entre llantos y rechinar de dientes pidiéndole que vuelva a la instituciones. ¿A cuál? ¿A la del Tinell?

Mobusi