
gracias a la razón vamos desvelando supersticiones y sortilegios que antes asustaban a los ignorantes. Cada vez la sociedad es más culta, tiene más información y los avances científicos nos permiten tener un mayor conocimiento sobre todos los fenómenos que antes desconocíamos y nos asustaban. Cada vez la sociedad es más laica, huye de las religiones y las creencias, de los hisopos y los besamanos, pero sin embargo cada vez se da más la circunstancia de que las televisiones nos avasallan con programas dedicados a fenómenos paranormales, embrujos, espectros, levitaciones y supercherías como Héroes, Sobrenatural, Médium, Entre fantasmas, Eureka, Cuarto milenio, Embrujadas, los 4.400, Next premonition, etcétera. Y todas estas joyas las programan las televisiones laicas que se glorían de conducirse por los caminos de la razón y la Ilustración, no Popular Televisión, que es de la Conferencia Episcopal. ¿Por qué? Por la pela, la puta pela, que a los cursiprogres le gusta más que a un tonto un micrófono. Estos tíos tienen más peligro que estar en España el día de la jornada de reflexión electoral. O sea. Aunque yo sí creo en los ángeles, que conste. Y en las ángelas.