Antonio F. Marín: La castidad papal

15 de mayo de 2007

La castidad papal

El Papa ha vuelto a abogar por la castidad en Brasil y esto, en un país que tiene uno de los índices de SIDA más altos del mundo, para mí que tiene delito. Y pecado. El Papa y los obispones creen que si autorizan el condón todo el mundo se va a poner a follar sin tregua, cuando seguirán folgando lo mismo o menos, porque eso de follar es ya muy antiguo, muy vainilla, y ahora los pecados están en otras liturgias y en otros altares. Para mí el pecado está en la castidad porque es sabido que en las relaciones D/s (Dominación/sumisión) lo primero que hace el Ama es poner al sumiso en castidad absoluta con el fin de controlar su placer y que ella tenga así la última palabra, el poder, porque cuando te corres te viene el desánimo y desaparece el deseo. La castidad mantiene al sumiso/a permanentemente excitado, atento a sus deseos y en actitud de adoración continúa que no decae nunca en su idolatría por ella. El chico/a se vuelve más sumiso, cariñoso, tierno y adora hasta el suelo que él/ella pisa, mientras que
con el orgasmo se acaba la magia, viene el desánimo y el desencanto. Y el sueño. Por eso la castidad es un símbolo de dominación y de poder de la mujer sobre el varón. Y viceversa. No sé si el Papa sabe esto o sí lo sabe y lo practica, pero la perversión está en la castidad pues da morbo y mantiene lazos de sumisión con la mujer/hombre, según reconocen ellas y ellos. Así que no es una virtud, sino una deliciosa perversión que no tiene nada que ver con la religión, señor Ratzinger, que aunque parece muy preparado teológicamente, no se sabe de la misa la media.

Mobusi