Antonio F. Marín: Mentiras y más mentiras

8 de mayo de 2007

Mentiras y más mentiras

Lo que opina cierta izquierda de la democracia ha quedado en evidencia en Francia cuando los que perdieron las elecciones quisieron romper las urnas organizando algaradas por las calles. Lo que entiende cierta izquierda por democracia ha quedado en evidencia en España tras hacerse público el sumario del juez Ismael Moreno que revela las negociaciones entre el PSOE y ETA que Zapatero y el excelso Pepiño Blanco siempre han negado. Mintieron incluso en
el Parlamento. No importa, porque el ex presidente Aznar es un alcohólico, según Rubalcaba (me está empezando a caer bien Aznar), y el ex presidente catalán, Pascual Maragall, es un enfermo mental, según un socialista de su propio partido, por lo que hemos estado gobernados por enfermos y nosotros sin saberlo. No me extraña que los españoles consideren que los políticos son el quinto problema que tiene el país. Borrachos, enfermos mentales y gilipollas (esta última apreciación es mía). Esas tenemos, decía, y digo, porque andaba uno ansioso esperando a que el juez de Marbella que ha enchiquerado a la Pantoja, apareciera en los medios de comunicación acusando al Gobierno de haberlo presionado, de haber recibo instrucciones del pérfido de Rubalcaba, de haber sido torturado con la bota malaya por el PSOE y sin embargo, ha asomado por el diario gubernamental revelándonos que no ha recibido presiones del Gobierno, que él es un juez súper honrado, cumplidor de la ley y que ayuda incluso a cruzar la calle a las ancianitas que ve en la acera. Eso es noticia y lo incrustan en primera página. Sin embargo no ha reconocido que ha recibido una condecoración de Rubalcaba. Causalidad. Otra más. Como que el presidente anuncie que va a ser inflexible con la corrupción de Marbella, que acuda a una comisaría y que al día siguiente detengan en esa misma comisaria al símbolo mediático de la corrupción marbellí. Causalidad, que ya sabemos que la casualidad es la ignorancia de los tontos. Porque zapatero no sabía nada de esa detención y yo me lo creo pues su currículo lo atestigua pues también nos dijo que mañana estaríamos mejor que ayer en asuntos del terrorismo y al día siguiente le pusieron una bomba. Y además no sabe cuánto vale un café. Así que es cierto: no sabe nada.

Mobusi