
Rosa Díez que ahora resulta que tenía razón en todo lo que decía y escribía. Y Aunque sea penoso volver a empezar de nuevo después de 30 años, 800 muertos y 10 treguas rotas todas ellas por la banda. Una vez más. Volver a empezar una vez más como si los años y los muertos no hubieran pasado. Y a volver a luchar de nuevo, hasta que venga otro presidente ungido por la iluminación salvífica y quiera llevarnos a la tierra prometida de la paz. Y vuelta a empezar. Triste. Así que para arrumbar tanta desazón y cultivar el jardín volteriano, he buscado alguna foto que me tonifique y me he dado con esta en la que una chica enseña el coño. Qué mejor causa. Porque vamos a ver, no seamos mal pensados: la chica estaba en el convite, quizás en una despedida de soltera, y se dijo: voy a enseñar el coño. Y lo hizo, joder, que no es para tanto, que no es para que nos rasguemos las vestiduras porque a mí no me molesta estar en una fiesta y que de pronto una chica se baje los pantalones y enseñe el coño. Es más; yo diría que ese hecho me alegraría. Y además lo lleva arregladito y todo.