Está muy bien que los gays celebren el orgullo de serlo porque han estado perseguidos y humillados durante muchos años y ahora es el momento de demostrar que no es ninguna vergüenza. Hay que recordar además que en algunos países como Irán todavía se ahorcan homosexuales, aunque Zapatero no quiera enterarse. En Cieza, mi pueblo vivía, y vive, un homosexual al que conocíamos por “la Sebastiana” que en pleno franquismo se enorgullecía de ser homosexual (cuando todos los que ahora se sienten orgullosos estaban en los armarios). Y no lo escondía pues todo el pueblo sabíamos que lo era e incluso los niños (muy crueles, ya se sabe), nos reíamos de él y los policías lo maltrataban. Pese a ello, no se escondía, se mostraba orgulloso en medio del franquismo más rampante, ya digo, y sufrió y gozó lo que le dio la gana porque nunca se ocultó. E incluso me atrevería a decir que tenia el cariño de la población, porque cuando en Carnaval se vestía de mujer, era la admiración de niños y mayores pero con ternura incluso, porque divertía. No sé si me falla la memoria, pero creo que no había odio contra él/ella. Ahora me lo encuentro por la calle y lo sigo viendo
orgulloso/a con su perro en brazos en una estampa que me recuerda el homo “femenino” de la “jaula de las locas”. Así que entiendo perfectamente que los gays se sientan orgullosos después de tantas penurias, pero ocurre que como sigan celebrándolo tan insistentemente, año tras año, van a terminar en “pesadez gay”. Se advierte con cariño y sin ánimo de crítica. Esta muy bien la celebración, pero como todo en la vida, si se abusa puede llegar a cansar. Yo además prefiero el orgullo bisexual porque incluye en vez de excluir y porque una de mis principales fantasías es ver a dos chicas en función (es la fantasía del 80% de los hombres y del 90% de las mujeres, según las encuestas). Pues eso.
orgulloso/a con su perro en brazos en una estampa que me recuerda el homo “femenino” de la “jaula de las locas”. Así que entiendo perfectamente que los gays se sientan orgullosos después de tantas penurias, pero ocurre que como sigan celebrándolo tan insistentemente, año tras año, van a terminar en “pesadez gay”. Se advierte con cariño y sin ánimo de crítica. Esta muy bien la celebración, pero como todo en la vida, si se abusa puede llegar a cansar. Yo además prefiero el orgullo bisexual porque incluye en vez de excluir y porque una de mis principales fantasías es ver a dos chicas en función (es la fantasía del 80% de los hombres y del 90% de las mujeres, según las encuestas). Pues eso.