A Rodríguez Zapatero “el rojo” y el “justiciero de las mujeres”, sólo le faltaba tener un agente doble de la TIA y ya lo tiene, mientras un juez que ha perseguido por las playas a las chicas que tomaban el sol en “top less”, ha dictaminado que una mujer debe separarse de su hija por su tendencia sexual, por acostarse con otra chica, o por ser lesbiana. Un disparate, pero el escándalo no es que este juez sentencie semejante estupidez, sino que haya podido seguir ejerciendo sin que el Consejo general del Poder Judicial haya intervenido después de otras muchas hazañas. Porque esto viene de lejos. Pero no se puede juzgar a todos los jueces por lo que haya hecho uno, tal y como
evitamos hacer con los inmigrantes y no hacemos con los católicos, otro ejemplo, porque Gustavo Martín Garzo escribía ayer en El País que pocas cosas han tenido una influencia más nefasta sobre nuestra historia que el catolicismo militante. Y añadía que este país podría haber sido un país de plácidos y comprensivos ateos. ¿Puede haber un sueño mejor para la convivencia?, se pregunta el hombre todo henchido de orgullo y dignidad. A ver, déjame que lo piense: ¿Plácidos y comprensivos ateos? Veamos:
evitamos hacer con los inmigrantes y no hacemos con los católicos, otro ejemplo, porque Gustavo Martín Garzo escribía ayer en El País que pocas cosas han tenido una influencia más nefasta sobre nuestra historia que el catolicismo militante. Y añadía que este país podría haber sido un país de plácidos y comprensivos ateos. ¿Puede haber un sueño mejor para la convivencia?, se pregunta el hombre todo henchido de orgullo y dignidad. A ver, déjame que lo piense: ¿Plácidos y comprensivos ateos? Veamos: