Te has levantado el jersey y te he visto los pechos en un downblouse forzado porque es adrede y no en un descuido como mandan los puristas en estos menesteres. Aunque no sé por qué lo has hecho. Supongo que porque eres una niña mala (afortunadamente) y quieres provocarme. Porque eres mala de verdad. Lo sabes. Y deliciosamente pícara. Y yo no paro de mirarte.