El Gobierno ha previsto una nueva asignatura para estudiar el cambio climático y yo no quiero ser un aguafiestas, pero he de advertir a los “tontos de primera línea de playa, es decir, a los “tontos del cambio climático”, que el universo se expande y se seguirá expandiendo. Y lo aviso por si algún cursiprogre papatoste tras enterarse de la noticia, se alarma histérico y decide encerrarse en una granja y promover un suicidio colectivo.
No hay lugar para la zozobra, porque el hombre prosperó y evolucionó gracias al cambio climático, a la extinción de una especie (los dinosaurios) que permitieron que los mamíferos prosperaran y llegaran a ser humanos. Y el mono se puso en pie y se hizo humano tras la destrucción de los bosques; es decir, que no sólo que es verdad que existe el cambio climático, sino que ha habido miles y que los seguirá habiendo porque de no haberlos significaría que la Tierra está muerta y que la evolución se ha detenido. Que es probable que La Manga se inunde pero que eso pasará
a los largo de millones de años, no va a ser a las cinco menos cuarto de la tarde, y que se inundará, si se tiene que inundar, hagan lo que hagan y se pongan como se pongan los panarras reaccionarios porque no se pueden impedir la evolución, ni las glaciaciones y deshielos. Pero los papatostes cursiprogres insisten en lo obvio, se regodean en su ignorancia reaccionaria y se alarman histéricos cuando ven un eclipse y se enteran de que el Universo se expande.
Y no me extraña nada porque el otro día un catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares pontificaba que el cambio climático estaba produciendo inundaciones en el Mediterráneo. Que es cierto, lo único que ocurre es que la riada más virulenta se produjo en Valencia en 1.957, creo recodar (hace 50 años), y en Murcia, otro ejemplo, se vienen produciendo esas inundaciones desde antes de Jesucristo, y más concretamente “la riada de Julio César” fue en el 47 a.c. Y luego ha habido otras muchas a lo largo de los siglos como las de “San Lucas” en 1.545 (hace 462 años) o la de Santa Teresa en 1.879 (hace 128 años).
Así que ha habido muchas inundaciones desde hace siglos y por eso ahora se cumple 20 años de la conclusión del Plan de Prevención de Avenidas que se realizó durante más de diez años y con una ingente inversión de dinero, para prevenir las inundaciones que se vienen produciendo desde hace siglos, ya digo, y no porque se acelere el cambio climático. O por el cambio climático lógico, natural y consecuente con la evolución darwiniana del planeta que ha ocasiona miles de cambios climáticos, cuando no había CO2.
Pero los enemigos de la ciencia, los analfabetos padres de la Logse, desprecian todo lo que desconocen con el desparpajo de los ignorantes. Por ejemplo, que dos científicos de la Universidad de Washington (en Seattle), Gerald Roe y Marcia Baker, aseguran en la prestigiosa revista Science que el clima es demasiado complejo para hacer predicciones precisas. O que John R. Chistt, uno de los científicos del IPCC de la ONU (el Panel Internacional sobre el Cambio Climático que recibió el Premio Nobel de la Paz junto a Al Gore), ha mannifestado que está seguro de que la mayoría (aunque no todos) de sus colegas del IPCC se avergonzarán porque él diga esto: “pero ni veo venir una catástrofe, ni encuentro la pistola humeante que demuestre que se puede acusar a la actividad humana de la mayor parte del calentamiento que observamos".
Pero en España tierra de María y de paletos reaccionarios cursiprogres que quieren pasar por finos, nos dejamos llevar crédulos por los cavernícolas y reaccionarios profetas del Apocalipsis que se oponen a la evolución como el sinvergüenza telepredicador de Al Gore y sus sacristanes de amén, como Agatha Ruiz de la Prada, Gaspar Llamazares, Lucía Etxebarría, Adolfo Domínguez, David Sotero (El Canto del Loco) o Ana Rosa Quintana. Sólo falta Yola Berrocal, pero están en ello.