Veremos si alguien la caga, decíamos ayer, y la han cagado porque unos exaltados han boicoteado en Madrid el minuto de silencio a las puertas del Ayuntamiento y eso no es buen síntoma, no es razonable, si además añadimos que el presidente Zapatero y la Asociación de Víctimas (extraños compañeros de cama) no se manifestarán junto al resto de españoles y que el periódico de Zapatero, Público, ha titulado en primera página, al día siguiente del atentado, que el PSOE se distancia del PP en los sondeos. Pese a los muertos de ETA, Zapatero gana, nos vienen a decir. Pues enhorabuena. Felicidades, etcétera, porque todo esto da una idea de por dónde van los tiros, digo, las intenciones,
porque parece que lo importante no son los muertos, sino quién se lleva el atentado a la zamarra. Pero en esas estamos, decía, porque tras cuatro años vamos a ilegalizar lo que ya estaba ilegalizado mientras los nacionalistas vascos vuelven por sus fueros y aprueban su propuesta de referéndum independentista. Eso por el Norte, porque por el Nordeste los nacionalistas catalanes se han manifestado por la independencia y la sitúan en 2014. Y entonces tenemos más muertos, más independentismo y además con fecha de pronunciamiento. Volvemos a donde estábamos, a lo de siempre, porque los etarras no son Maragall ni Bono ni Artur Mas, a los que Zapatero podía engañar con una sonrisa. La sonrisa de los etarras es de hiena. Ganan ellos por goleada de sonrisas.
