Antonio F. Marín: Soy un inquisidor

19 de diciembre de 2007

Soy un inquisidor

El ministro lameculos de Zapatero, señor Bernat Soria (ya saben: aquel pelota arrastrao y ganapán que decía que su jefe se merecía el Premio Nobel), nos ha advertido de que los que critican que se trituren a niños de ocho meses somos unos inquisidores. Es posible. Pero como inquisidor, y votante, necesito que me digan antes de acudir a las urnas si es lícito triturar a niños de ocho meses y tirarlos a la basura, ya sea con esta ley, con la que viene, aquí, en Holanda o en Shanghái. Que lo digan muy clarito para saber si me he de exiliar a una isla en la que existan derechos humanos. Porque no vamos a entrar en la esquizofrenia que supone que miles de españoles se maten por conseguir adoptar en China cuando España es el país en el que más se aborta de
Europa. Ni en la irresponsabilidad de unas tipejas que nunca se olvidan de la cita en la peluquería, pero se olvidan de tomar la píldora; ni en la ineptitud de unos gilipollas que no pierden la cita en el taller de chapa y pintura, pero se les olvida comprar el condón cuando hay máquinas por los bares y por las calles. Eso vendrá luego. Lo primordial es saber que si la ley actual o la que viene, va a permitir que se hagan morcillas con los niños, antes de tirarlos por los desagües. Caprichos de un inquisidor.

Mobusi